Luis Mendez
Mi experiencia en Japón: El mercado informal de Ueno como impulsor económico.

Durante mi estadía en Japón pude aprender muchas cosas. Algunas de ellas fueron en el aula de clases, pero muchas más resultaron de la experiencia de vivir en otro país, aprender de su cultura, historia y de sus ciudades. Mi interés en el urbanismo me llevó a analizar desde otros puntos de vista lugares turísticos e históricos de Tokio, y en este caso quiero comentar sobre el mercado negro de Ueno, uno de los sitios turísticos más famosos de la capital.

Ueno es un barrio que se encuentra dentro del centro de la capital, en el área llamada “Tokio Central”. Este barrio es conocido por sus museos, sus parques y el “Ameya Yokocho”, nombre del mercado turístico del que quiero hablar en esta entrada. En él se pueden encontrar desde ventas de mariscos, electrónicos y té hasta templos por sobre el mercado y restaurantes que siempre están llenos.


La historia del Ameya Yokocho es muy interesante, partiendo desde su nombre. El concepto 'Yokocho' refiere a un área donde se llevaba a cabo un mercado negro durante la crisis económica después de la Segunda Guerra Mundial. En la ciudad no habia solo un punto para los 'Yokocho', sino varios, en los que vendedores informales se agrupaban para vender artículos de importación que no pagaban impuestos. Estos lugares solían ser puntos con delincuencia y generaban una mala imagen urbana a la ciudad.
¿Qué cambió?
Políticas del gobierno local fueron creadas para aplicar intervenciones en dichas áreas. La estrategia de éstas se basó en reconocer las fortalezas de los yokocho, como por ejemplo su ubicación. Usualmente, estos mercados se encuentran en lugares muy cercanos a las estaciones de tren, ya que son puntos con gran afluencia de personas. Esto le brinda una gran vocación comercial a los mercados.

Ya que eran construcciones informales en un principio, los terrenos eran muy reducidos. Sin embargo, al momento de que estas áreas fueran dotadas de servicios e infraestructura básica (agua, luz, drenajes, entre otros) se convirtiéron en locales parvos que podían ser alquilados por pequeños negociantes emprendedores. Esto favoreció al comercio local y contribuyó al uso mixto de barrios residenciales, lo que luego se convirtió en las áreas comerciales que conocemos hoy.

El Ameya Yokocho es un gran ejemplo de cómo estrategias de desarrollo urbano puede intervenir positivamente en puntos problemáticos de la ciudad. Actualmente, ciudades en vías de desarrollo -como la Ciudad de Guatemala- enfrentan problemas con el comercio y la vivienda informal, sin embargo, el caso de Tokio nos demuestra que estas áreas tienen fortalezas y potencial que hay que estudiar y reconocer. Con las estrategias correctas, estos sectores pueden convertirse en lugares beneficiosos para la ciudad formal y contribuir a la imagen urbana de los distintos barrios.
